jueves, 26 de mayo de 2011

Amor parte1ª

Un hombre tenso no puede amar, ¿Por qué? Porque vive siempre con un propósito. Puede ganar dinero, pero no puede amar, porque el amor no tiene propósito. El amor no es un producto, no puedes acumularlo ni ingresarlo en una cuenta bancaria, ni tampoco fortalecer tu ego con él. Realmente, el amor es el acto más absurdo, sin ningún significado ni propósito más allá de sí mismo. Existe para sí, no para otra cosa.

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¿Por qué amas? ¿Para qué amas? El amor no es el fin en sí mismo; por eso la mente calculadora, lógica, que funciona a basa de propósitos, no puede amar.La mente que siempre piensa en función de unos propósitos está tensa, porque el propósito solamente puede satisfacerse en el futuro, nunca aquí y ahora.

......

El amor siempre está aquí; no está en el futuro. Por eso el amor está tan cerca de la meditación, así como la muerte, porque ésta es siempre aquí y ahora; no puede ocurrir en el futuro.



Fragmento: Tantra, Espiritualidad y sexo, Osho

TAO 76


"En el nacimiento toda la gente es suave y flexible.
En la muerte es dura y rígida.
Todas las plantas son suaves y flexibles.
En la muerte son quebradizas y secas.
Cuando somos duros y rígidos,
nos asociamos con la muerte.
Cuando somos suaves y flexibles,
afirmamos la vida más grande"

TAO 64


" Un árbol que supera nuestro abrazo crece a partir de una pequeña semilla. Una estructura de más de nueve pisos comienza con un puñado de tierra. Un viaje de mil kilómetros empieza con un solo paso"

Mahatma Ghandi


"LA FUERZA NO VIENE DE UNA CAPACIDAD FÍSICA, NACE DE UN ESPÍRITU INDOMABLE"

BUDA






" Tu peor enemigo no puede hacerte tanto daño como tu propia mente. Pero una vez conquistada, nada ni nadie podrá serte de tanta ayuda."

domingo, 22 de mayo de 2011

Salsa de Berenjenas



Ingredientes

1 berenjena grande 400g
aceite de oliva
1 cebolleta picada
1 diente grande de ajo
2 cucharadas de perejil fresco
sal
pimentón dulce
pan para acompañar





preparación:

1- Corte las berenjenas en rodajas gruesas y luego sazónalas con la sal para eliminar el amargor. Déjelas reposar alrededor de 30 minutos y, después, aclárelas y séquelas presionando con una servilleta. Caliente luego o fuego medio cucharadas del aceite en una sartén grande. Eche las rodajas de berenjena y sofríalas por los dos lados hasta que estén blandas y empiecen a dorarse. Sáquelas de la sartén y déjelas enfriar. Desprenderán el aceite cuando se enfríen.


2- Añada otra cucharada de aceite a la sartén. agregue la cebolleta y el ajo, sofríalos unos 3 minutos, haste que la cebolleta esté blanda. Retire la sartén del fuego y déjelo enfriar j
unto con las berenjenas.


3- Disponga los ingredientes en una batidora y bátalos hasta que se forme un puré no muy homogéneo. Póngalo en un cuenco y lo mezclé bien con el perejil. Salpimiente si fuera necesario. Sírvalo de inmediato, o cúbralo y déjelo enfriar unos 15 minutos. Rocíe la salsa con el pimentón y acompáñela en la mesa con rebanadas de pan o tostas.

LA PARÁBOLA DEL MATRIMONIO


Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos - empezó el joven.
- Y nos vamos a casar - dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor - repitieron - ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
- Hay algo...- dijo el viejo después de una larga pausa -. Pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa - dijeron los dos-. Lo que sea - ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-. Nube Alta, ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo - siguió el brujo - deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mi, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta...¡salgan ahora!.

Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.... El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.

- ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Como lo pediste... ¿y ahora? - preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No - dijo el viejo-.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne - propuso la joven-.
- No - repitió el viejo-. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero... Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.

El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.
Este es el conjuro...
-Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure,vuelen juntos pero jamás atados

LA VASIJA CON RAJADURAS


Cuenta la leyenda india que un hombre transportaba agua todos los días a su aldea usando dos grandes vasijas, sujetas en las extremidades de un pedazo de madera que colocaba atravesado sobre sus espaldas.

Una de las vasijas era más vieja que la otra, y tenía pequeñas rajaduras; cada vez que el hombre recorría el camino hasta su casa, la mitad del agua se perdía.
Durante dos años el hombre hizo el mismo trayecto. La vasija más joven estaba siempre muy orgullosa de su desempeño, y tenía la seguridad de que estaba a la altura de la misión para la cual había sido creada, mientras que la otra se moría de vergüenza por cumplir apenas la mitad de su tarea, aun sabiendo que aquellas rajaduras eran el fruto de mucho tiempo de trabajo.

Estaba tan avergonzada que un día, mientras el hombre se preparaba para sacar agua del pozo, decidió hablar con él:
-Quiero pedirte disculpas ya que, debido a mi largo uso, sólo consigues entregar la mitad de mi carga, y saciar la mitad de la sed que espera en tu casa.
El hombre sonrió y le dijo:
-Cuando regresemos, por favor observa cuidadosamente el camino.
Así lo hizo. Y la vasija notó que, por el lado donde ella iba, crecían muchas flores y plantas.
-¿Ves como la naturaleza es más bella en el lado que tú recorres? –comentó el hombre-. Siempre supe que tú tenías rajaduras, y resolví aprovechar este hecho. Sembré hortalizas, flores y legumbres, y tú las has regado siempre. Ya recogí muchas rosas para adornar mi casa, alimenté a mis hijos con lechuga, col y cebollas. Si tú no fueras como eres, ¿cómo podría haberlo hecho?


"Todos nosotros, en algún momento, envejecemos y pasamos a tener otras cualidades. Es siempre posible aprovechar cada una de estas nuevas cualidades para obtener un buen resultado".

(Autor: Paulo Coelho. Publicado en "El Semanal", nº 729.)